La mesoterapia es una técnica que consiste en la aplicación de microinyecciones de diferentes sustancias en la capa media de la piel (mesodermo), con el objetivo de tratar diversas afecciones estéticas y médicas. Entre los agentes más utilizados en este procedimiento se encuentra la procaína, un fármaco que, aunque es conocido principalmente como anestésico local, ha despertado gran interés dentro de la mesoterapia.

¿Qué es la procaína?
La procaína es un anestésico local de tipo éster que se sintetizó por primera vez a principios del siglo XX. Sin embargo, fue muy popular durante décadas como sustituto de la cocaína en intervenciones odontológicas y otros procedimientos médicos, debido a su capacidad para bloquear la conducción nerviosa y, con ello, disminuir el dolor.
Procaína en la Mesoterapia
En la mesoterapia, la procaína se utiliza por su efecto analgésico y su potencial acción sobre la microcirculación. Por lo tanto, al inyectarse en cantidades controladas, se busca mejorar la irrigación sanguínea local, reducir el dolor en la zona tratada y favorecer la oxigenación de los tejidos. Además, especialistas afirman que la procaína tiene un efecto antiinflamatorio y relajante muscular, lo que potencia el objetivo principal de la mesoterapia, ya sea combatir la celulitis, mejorar la flacidez o disminuir la apariencia de arrugas.
Beneficios
- Disminución del dolor y las molestias:
Gracias a su acción anestésica, la procaína facilita la aplicación de la mesoterapia al aliviar la sensación de pinchazos y posibles incomodidades durante la sesión. - Favorece la circulación sanguínea local:
Al mejorar el flujo sanguíneo, se promueve el transporte de nutrientes a la zona tratada. Por lo tanto, puede acelerar la regeneración tisular y ayudar en procesos de reducción de grasa localizada o tratamiento de celulitis.
- Potencial efecto rejuvenecedor:
Existen teorías que relacionan la procaína con efectos revitalizantes a nivel celular. Además, muchos especialistas la incluyen para mejorar la apariencia de la piel.
- Reducción de inflamación:
La procaína actúa como un antiinflamatorio, ayudando en la disminución de la inflamación, y contribuyendo al bienestar general de la zona tratada.

En conclusión, la procaína sigue siendo una sustancia interesante dentro del campo de la mesoterapia. Su potencial como anestésico local, su capacidad para mejorar la microcirculación y sus posibles efectos antiinflamatorios la convierten en un recurso valioso en diversos tratamientos estéticos y terapéuticos. Por lo tanto, como en todo procedimiento médico, es esencial contar con la asesoría de un especialista y asegurarse de que se sigan las normas de higiene y dosificación adecuadas para obtener resultados óptimos y seguros.
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